En el Municipio de Montemorelos existe una huerta de naranjos propiedad de la familia De La Garza, por cuatro generaciones. Ahí el bisabuelo de los actuales dueños injertó, por primera vez en la zona, naranjos para que dieran la característica naranja de jugo de la ahora región citrícola de Nuevo León.
En la huerta donde predominan estos preciadis árboles frutales, muchos centenarios, otros que han ido remplazando y agrandando, también tienen toronjas y los infaltables nogales que se encargan de separar las labores. El riego, como hace más de cien años, es por agua rodada gracias a un sistema de acequias que administra el municipio y que pasan repartidas por el rancho.
El iniciador de esta huerta (llamada Eugenia en honor de su esposa) es un estadounidense de nacimiento al que la historia de la región le ha negado el mérito de lo que él realmente representó para el desarrollo de esta querida zona norestense, el Coronel Joseph Robertson. El primer injerto, traído de California, fue realizado en 1893.
Antes de llegar a la labor, de camino entre Monterrey y Montemorelos por la carretera nacional, hay una gran oferta para desayunar. En esta ocasión nos decidimos por Los Toreados que se encuentran en la comunidad del Álamo. Tradicional sazón del valle del Pilón, muy bastos los platillos y con la manó y trato del que le gusta su quehacer. Échale un vistazo al menú, el platillo Vas pal cerro. Muy bien almorzados.
¿Porqué en Montemorelos?, ¿porqué naranjos?, ¿cómo dio con ese lugar el Coronel Robertson?, ¿para que cambiar la tradición de la siembra de caña de azúcar?