Un buen amigo, pariente, y personaje, Andrés Martínez Farías, me mandó un escrito del periódico el Heraldo del Norte, de Saltillo Coahuila, publicado el domingo 17 de Julio de 1955, firmado por Santos Rojo, dedicado a la señora Camila Flores de Malacara.
Que fregón que se expresen así de una mujer norestense. Así han sido, y así sigue habiendo mujeres que aportan grandeza.
Partes del escrito la describe de joven:
… es flor preciosa y galana, y por sus muchas virtudes -que aromas son de las flores- es la flor que al mesmo tiempo que nos deleita la vista, a los aigres embalsama.
Al casarse:
Pero ella al matrimoniarse no va buscando la fama, ni tampoco conveniencias, ni la pasión que echa lumbre y al rato en cenizas queda, sino el amor firme y puro que en el alma se nos entra sin saber cómo ni cuándo, y en llamita silenciosa nos calienta y nos aluza hasta que la muerte llega.
Al quedarse viuda le pide a Dios:
… si alcanzo a darle a mis hijos la escuela, la educación y los principios morales con que su padre soñaba.
El escrito fue con motivo del cumpleaños No 87 de doña Camilia. Quien al quedar viuda, joven y con muchos hijos, tuvo que trabajar muy duro para sacarlos adelante, logrando fundar una lechería.
Mujeres y hombres buenos abundan en la historia de estas tierras. Que sigamos teniéndolos en estos tiempos, que parecen difíciles, pero antes también lo fueron y hubo muchos que supieron ser buenos.
Con agradecimiento para ellas y ellos.