No tengo ninguna duda que leer me hace bien, así como comer betabel. Si tú tienes dudas, con gusto lo platicamos.
Cuando vemos a personas conocidas platicamos del clima «que calorones hemos tenido», de los equipos del futbol, de algún chisme. Se dice que no platiques de política, ni de religión porque va a haber pleito. Ahora está de moda recomendar una serie de televisión «no puedes dejar de ver la serie esta de …» «Ya estoy esperando la temporada tres de …»

Si queremos elevar el nivel cultural de nuestras conversaciones, deberíamos de mezclarle con algo así:
¿Por qué no agregar a la plática, la recomendación de un libro? ¿Qué libro estás leyendo? «Te recomiendo mucho el libro de Hernán Cortéz, escrito por Zunzunegui, te da una perspectiva muy interesante del conquistador». «¿Ya leíste Méjico pacificado, de aquél periodista Adolfo Duclós Salinas, que lo escribió en el exilio?» «¿Qué libro te gusta más de Julio Verne?» «¿Algún escritor local que me recomiendes?» «No puedo dejar de leer Regina, de Antonio Velasco».

No me malinterpretes, disfruto la plática desinteresada, hablar de temas triviales como el fútbol o de algún otro pasatiempo. Pero no nos dolerá agregar el tema de los libros.
Cuando nuestros hijos estaban chicos, un maestro nos regañó, «cómo quieren que sus hijos lean y a ustedes nomás los ven frente al televisor» «tiene un cuarto especial para la tele y ni un rinconcito donde leer». Podemos pedirle a alguien que lea y a lo mejor nos pela, pero si alguien nos ve disfrutando de una buena lectura, seguro que se va a interesar.

Hagamos que más gente lea, hagamos que la gente lea más. Eso nos va a elevar como personas, sin duda. Aprovechemos esta pagina para establecer comunicación y dime «¿qué libro estás leyendo?, ¿qué libro te ha marcado?»
