Algo bueno han hecho que mantienen muy limpio a Parras. Sus calles, sus fachadas, sus acequias, sus plazas, sus hoteles, sus restaurantes. Se ve que la gente ya se acostumbró al orden y eso es una gran noticia.
Para el visitante todo se hace más atractivo. Los atardeceres, el cielo, las estrellas en la noche, la subida al Santo Madero, el clavado en el estanque, o simplemente caminar sus calles.
Y que te digo de la comida: gorditas rellenas de huevo en salsa empujadas con frijoles refritos por la mañana; una sopita de fideo con higaditos de pollo para la comida, con un queso de nuez de postre; una concha recién echa o una nieve de Chepo para merendar; y de cena unos hotdogs de carrito en el centro.