Mi objetivo es mejorar, yo contra mí.
Ya hemos hablado de Parras, un maravilloso pueblo que está a dos horas y media de Monterrey, entre Saltillo y Torreón. Un pueblo bendecido por el agua y que ésta la transforman en nuez, uva, vino, mezclilla, mermelada, gorditas, dulces, estanques y, en esta temporada, en higos.
El higo es una de las plantas que nos trajo el europeo, no en todos lados se da. En Parras se da como un tesoro. Un tesoro más de lo que los pueblos norestenses nos dan.