Nuestros hermanos de Centro América.

Un amigo nicaragüense, me regaló un libro que él ya leyó. Qué regalazo. Se llama El Síndrome del Figureo, de León Núñez. Esto me da pie para afianzar nuestra relación que tenemos los mexicanos con los pueblos centroamericanos.

En principio no había fronteras y los naturales de la Península de Yucatán, los centroamericanos y hasta los caribeños, se nutrían y peleaban para sobrevivir y desarrollar su cultura. Conquistados los mexicas por Hernán Cortés y sus aliados nos calló la invasión europea. Desde la frontera con Panamá hasta la frontera con Canadá, todos eramos provincias de la Nueva España, menos la ciudad de México. Ahí esta nuestra hermandad.

León, es periodista, estudió leyes y ha trabajado como abogado, pero escribe como periodista. En El Síndrome del Figureo, analiza, con humor negro, las costumbres de los políticos. Son los tiempos de la democracia nicaragüense después de Somosas y del Frente Sandinista de Liberación Nacional. Ningún latinoamericano se extrañará al leerlo, tiene muchas semejanzas con los políticos de su país.

Tampoco los empleados deben olvidar, aunque sea sin ganas, alguna carcajada, cuando el patrón, en un inusual momento histórico de camaradería, toma la trascendental decisión de contar un chiste.

La lata de manteca era una unidad de peso que se aplicaba a las personas. Hace algunos días visité a un señor de ochenta y un años, amigo mío, y al verme muy voluminoso, me dijo que yo bien podría dar tres latas de manteca. ¿Cuántas latas le calculas al amigo León?, le preguntó a su mujer. Ella me calculó más.

Yo estoy seguro de que los nicaragüenses somos los que tenemos en el mundo la mayor capacidad de calumnia.

-todo hombre superior necesita una mascara- ... se debe ser amigo en el momento en que sea bueno serlo: la lealtad es cuestión de fechas. El buen jugador debe servir, inclusive al enemigo, si esto le sirve a él.

Porque aquí el lenguaje ya no es un medio de comunicación. Es un medio de dominio. Como no coincide lo que se dice con lo que se piensa ni con lo que se hace, el mensaje no existe.

El desarrollo se debe a más educación, más vivienda, más salud ..., y esto se consigue solamente trabajando, y trabajando bien, como lo ha hecho Taiwán, Japón, etc.

En Nicaragua la política más que un hacer es un decir. Si usted, señor lector, no hace nada, pero lo dice bien, puede llegar a ser un buen político.

A como disfrutamos visitar a nuestros hermanos centroamericano. Así como tenemos en común nuestros problemas políticos, tenemos en común nuestra capacidad de reír, de trabajar, de ver por nuestros hermanos.

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