Una vez al mes, en la facultad libre de derecho, se reúnen los miembros del Instituto de Cultura Educativa. ¡Que buen nombre!, en un país donde lo que más falta es educación y cultura. Los miembros son personas como tú y como yo, pero comprometidos con la cultura de nuestra sociedad.
La reunión empieza con un desayuno en la cafetería de la facultad. Con toda calma van llegando, se van sirviendo sus alimentos, mientras se ponen al día con sus actividades. El trato amable de los asistentes te hace sentir en casa. Algunos de los miembros coincidieron dando clases en la Universidad Mexicana del Noreste, pero lo que los une es la Cultura.
Después del desayuno y los puntos de acuerdo del grupo, pasamos a un salón de clases, muy bien equipado como auditorio, para hacer la charla del mes. En cada sesión se invita a un orador para tocar un tema relacionado con su función. Cada 30 días reciben a una persona de la comunidad que les aportará conocimientos sobre algún campo de la cultura.
Este sábado 2 de noviembre del 2019, tuve el honor de ser invitado como orador. Decidimos hablar de mi segundo libro «Guerra en Tierra Viva» y enfocar la platica a los orígenes de los pueblos norestenses. Conforme avanzaba la presentación, la participación del grupo fue muy copiosa, evidenciando sus conocimientos en el tema. ¿Cómo eran los primeros pobladores de esta región?, ¿A que se enfrentaron los españoles que llegaron a conquistar, poblar, evangelizar? Las fundaciones de las minas de San Gregorio, los ojos de agua de Santa Lucía. El tema de don Martín de Zavala nos mantuvo atentos a todos.
Muy agradecido con Eugenio Gonzalez Aréchiga, y sus papás; Juan Antonio Gonzalez Aréchiga de la Cueva, exrector de la Universidad Mexicana del Noreste, y Beatriz Ramírez Wiella Espinoza, exeditora de la revista «Aprender a ser». Ellos, desde hace muchos años, hacen un gran aporte a nuestra cultura. Un alivio encontrar grupos de personas que se siguen superando a base de conocer, de cultivarse. Aprendí yo más que ellos.