Papá le preguntó en un semáforo a un vendedor: “¿A como la bolsita de piquín?”, “cincuenta patrón”, “¿No se le hace muy caro?”, “Písquelos usted”, “Nunca más volví a regatear”.
En las casas norestenses no puede faltar para morderlo entre taco y taco o para una gran salsa. El piquín es para molcajete. Aquí te va mi salsa favorita: Treinta chiles en el molcajete con sal de grano, un chorrito de agua y pasta de ajo, se le agrega la cantidad de tomate toreado en el comal, para que quede con el picor deseado. ¿Más norestence?
Yo soy el responsable de mí.