Mi objetivo es mejorar, yo contra mí.
Hace unos días, mi hija le ofreció a mi padre, antes de la comida dominical, un pedazo de jícama. “No voy a gastar mis dientes en algo que no tiene sabor.”
No cuido las cosas que aparentemente no me cuestan; mis dientes, la vista, mi estomago. No digamos el rio, el aire, las cosas fuera de mí. Me voy a concentrar en mi cuerpo.
No debo de esperar a envejecer para tomar conciencia de mi cuerpo.