Yo soy vasconcelista. Del fundador del Ateneo de la Juventud, director de la Escuela Nacional Preparatoria, del rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, del primer Secretario de Educación, del que en su plan de gobierno tenía, como número 7: Procurar que en cada población del estado, la mejor casa sea la escuela, el templo de los modernos; la escuela que sea hogar y teatro, aula y taller, centro social y sala de lectura, la escuela total sabia y artística: cimiento de voluntad y ventana como de canción.
Después de perder las «amañadas» elecciones contra Pascual Ortiz Rubio, definió así al revolucionario:
«Revolucionario es aquel que trabaja más y con mayor alegría;
El que construye mejor y más de prisa;
El que inventa y crea y se adelanta a su destino;
El que construye la torre más alta de todas las que hay en su pueblo;
El que formula una teoría social más generosa que todas las tesis anteriores y dedica su vida a lograrlo;
Y aquel que con sus obras, aumenta el bienestar de la gente.»
Así sí soy revolucionario.
José Vasconcelos Calderón nació en Oaxaca en 1882.
Tomado del libro: Senderos de Verdad 1, de la Sociedad Mexicana de Ciencias, Artes y Fe.