Las posadas es otro ingrediente decembrino que nos trae con la agenda hecha pedazos. Nos da la oportunidad de convivir con familiares y amigos, con los que normalmente no lo podemos hacer durante el resto del año, por los apuros cotidianos.
No es fácil pero a mí me parece una buena práctica. El tiempo con la familia, con los amigos que no nos damos en otros meses, aquí hay que aprovecharlo. Que sepan que cuentan con migo. Nada más para eso estoy, trabajo para entretenerme en algo mientras mi prójimo me necesita.