Quien no ha oído: “Aquel trabajador es el consentido del jefe”. ¿Es el consentido porque se lo ha ganado, porque es el mejor, o por barbero?

Los méritos no se heredan, no se lambisconean, ni se plagian, se ganan. Cualquier reconocimiento no ganado confunde a la sociedad y se desvían los valores.

Las apariencias engañan, y nos estamos acostumbrando a valorar a la gente por las apariencias. La gente nos engaña con facilidad. Tenemos la libertad de decidir a los que le damos nuestro aprecio. ¿A quiénes reconoces como compañeros, amigos, líderes, representantes, proveedores? No estaría mal hacer una lista.