Nuestra historia del noreste esta llena de personajes poco estudiados pero con mucha influencia de lo que hemos llegado a ser como región. Uno de ellos es el sobrino incomodo de nuestro primer gobernador: Luis de Carvajal el Mozo (1566-1596). Hijo de la hermana de don Luis de Carvajal y de la Cueva, Francisca. Parte de los juicios que se le imputaron a don Luis, fue haber solapado que su hermana y sus sobrinos fueran judaizantes, no solamente judíos.

¿Hasta donde hubiera llegado la gloria del Nuevo Reino de León, si nos hubieran dejado actuar, con toda su energía, a nuestro primer Gobernador y Capitán General?

Luis el Mozo, no solo era Marrano, como se les denominaba a los judíos convertidos al catolicismo para cumplir con la ley española, algo que se suponía que estaba prohibido en la Nueva España (todo europeo que quisiera llegar al Nuevo Mundo tenía que comprobar al menos cinco apellidos españoles), y no solo era judío, al parecer desobedeciendo a su tío, sino que era abiertamente judaizante (a quien promueve esa religión).

De su primer juicio a ser quemado en la hoguera pasaron 40 años. A sus familiares los quemaron a las primeras, pero a él, a quien sí se le comprobó (hay himnos y sonetos de su autoría sobre el judaísmo), se le perdono en varias ocasiones.

Luis Carvajal el Mozo, uno de nuestros primeros pobladores venidos de Europa, y una de las razones por las que nosotros somos lo que somos.