Platicando con estudiantes de la prepa de la Universidad de Monterrey sobre historia del noreste, me acodé de una frase que usaban mucho los reineros de antaño:
«Cada venida de Obispo».
«Tu nos invitas a comer cada venida de Obispo», «Esta higuera da frutos cada venida de Obispo».
Antes de que se estableciera el Obispado de Linares, en 1777, que terminó quedando en Monterrey, todas las poblaciones del noreste, llamadas Provincias Internas de Oriente, dependían del Obispado de Guadalajara. Si nos basamos en la fundación de Saltillo en 1577, duramos 200 años así.
Se imaginarán lo difícil para dicho Obispo organizar un viaje de visitar, reconocimiento, y confirmación de sus feligreses. Pasaban hasta diez años entre venida y venida. Es por eso que se acuñó la frase para referirse a algún evento que se repetía rara vez.
Espero que no te digan: «Lees un libro cada venida de Obispo».