Habían pasado tres semanas de la muerte de nuestro hermano Salvador Pérez. Se estaba organizando una de nuestras reuniones de generación del Regio. Con 35 años de habernos graduado de secundaria del Instituto Regiomontano.
(Todas las conversaciones son reales, las acorto para agilizar el escrito)
Mail a Pedro; “Como estas, te vi en la misa de cuerpo presente del hermano Salvador, felicidades por tu lectura al final, esos son hombres, me hiciste llorar. Fueron muy pocos de la generación a la misa, debemos hacer algo. ¿Cómo ves?” Mail de Pedro; “De acuerdo contigo, pásame tus teléfonos.” Paso teléfonos, recibo llamada; “Pedro, muchas felicidades por la misa, ya no te alcance a saludar.” “Me tuve que ir, mi jefecita se animo a acompañarme, la fui a dejar acabando la misa. De acuerdo contigo en que hay que hacer algo, yo estoy muy confundido, luego te platico. ¿Qué tienes en mente?” “No se, viene la reunión de la generación, el Hermano va a cumplir un mes de muerto, deberíamos de hacer una misa.” “Muy buena idea, yo te secundo, organízala y cuenta con migo, incluso para la lana.”
Ya valí, siempre me ando metiendo en líos. ¿Seguro que no me dijo; Muy buena idea, yo me encargo de todo, gracias? ¿Como voy a andar organizando misas, con mi chamba, con mi libro, se va mi hija un semestre y mi esposa a dejarla, la excursión, las cuentas? Hay Davicito.
“Chave, Maty, necesito que me consigan un padre para dar una misa, en honor al hermano Pérez, va a ser el Jueves 30 a las 7:00 pm.” “¿El día de mi cumpleaños, Papi?” A la torre, más pendientes. “Flaco ¿De donde quieres que saquemos un padre?” “Del colegio, con los franciscanos, no se.” Si estuviera aquí el padre Paco.
“Padre Mauricio, ¿Cómo está?” “Muy bien David, gracias por la invitación al futbol.” “¿Vas a estar en Monterrey el jueves 30 de Agosto?” “Creo que no, vine solo de pasada. Estoy organizando todo para irme a Guadalajara el miércoles ¿Por?” “Se murió el Hermano Salvador Pérez, nos vamos a juntar los de mi generación del Regio y queremos (kimozabi) hacerle una misa antes del convivio.” “Del convevio será. El hermano lasallista, si como no. Todavía no compro el boleto, déjame ver, te aviso el Lunes.”
Toño manda un correo, ya vamos más de cuarenta apuntados, contesto; “Compañeros, vamos a celebrar una misa, ahí mismo en capellanía, antes del convivio, en memoria de nuestro hermano mayor Salvador Pérez Orozco, organícense y lleguen temprano; 7:00 pm misa del hermano Pérez, 7:45 futbolito, 9:00 cena preparada por Jorge, 10:00 pm show de los Chicharrines, 12:00 rifa de hieleras.”
“¿Y el padre que me iban a conseguir?” “Papá, el padre del Liceo los jueves tiene retiro, hable a la Iglesia de San Francisco, pero no dan permisos de hacer misas fuera de la Iglesia.” “¿Flaco, porque no le hablas al padre Mauricio?” “No puede.”
“Padre, ¿Cómo estás?” “Si me voy el miércoles, pero hable con el Güero Gonzalez y esta puesto.” “Si conozco a Carlos, pero necesito un padre, para la parranda ya están apuntados más de 50.” “No, su hermano Gabriel, es legionario igual que yo, ya le dije, háblale.” “Sale, muchas gracias.”
“Padre Gabriel, buenos días, David Canales.” “Si ya me dijo Mauricio, ¿Cuándo es la misa?” “Tenemos el convivio de la generación el Jueves 30 en Capellanía, a las 7:00 pm, estamos confirmados más de 40 personas.” “Si puedo, con mucho gusto.” “Muchas gracias, padre ¿Qué necesitamos hacer?” “Yo me encargo de todo, tu solo consigue el permiso.”
¿Permiso? En la torre ¿Ahora que hago? “Chave, Maty, necesito que me ayuden a conseguir un permiso para hacer una misa en Capellanía.” “¿Ya tienes padre?” “Si, ya lo conseguí solo falta el permiso.” “Maty, habla otra ves a la Iglesia a ver si con padre ya te dan.” Qué lejos está el padre Paco.
Voy a la biblioteca del convento de San Francisco, para unas bibliografías de mi segundo libro. Aprovecho para solicitar. “Necesito un permiso para una misa en una palapa.” “No se puede.” “Nos vamos a juntar mis compañeros de generación que ya están un poco grandecitos.” “No se puede.” “Es en memoria de un maestro muy querido por todos nosotros.” “Valla a la Iglesia de Guadalupe a ver si le dan.” En Guadalupe; “A esa hora tienen misas en varias Iglesias de la zona, aprovechen una de esas.” Yo los entiendo, ellos no entienden que estoy dudando juntar gente que llegue temprano al convivio, menos citarlo en una Iglesia antes.
“Padre buenos días.” “Listos para la misa.” “No me dan permiso.” “Insiste con el padre fulano en Guadalupe. Si no te dan, yo puedo conseguir la capilla de San Felipe, caben como unos 30 y está de pasada al convivio.” “Voy a insistir y le aviso.” No tendrá una iglesita de 5 gentes, pensé yo. Hablo a Guadalupe, solo nos conceden el premiso en San Felipe.
Correo a organizadores: “Pedro, Murra, Toño, Tonina ¿Como están? Aquí sigo con la organización de la misa. Ya tenemos padre, pero no tenemos permiso para hacerla en Capellanía. Tenemos dos opciones; Nos prestan la capilla de San Felipe, en Santa Bárbara, muy cerquita, hay que citar a todos ahí, o que el padre nos de una platica, una reflexión y la bendición en capellanía y así no movemos a nadie ¿Como ven?”
Respuesta de organizadores: Murra: “Veo difícil juntar a la gente en otro lugar, mejor citamos al Padre en la palapa”. Pedro: “Los que queramos honrar al hermano, vamos a la misa y de ahí nos pasamos a Capellanía.” David: “Yo también tengo mis dudas de mover a la gente. Me da pena con el padre, ya consiguió capilla, esta de pasada y, como dice él; la misa se ofrece por el hermano. ¿Como ven si ayudamos todos a promover lo de la misa y juntar los mas posibles?”
No me espero a que contesten todos, eso de ofrecer la misa me suena. Correo a grupo el miércoles: “Siempre hemos platicado todo lo que nos dio el Hermano Salvador Pérez. Mañana, entre todos, estamos organizando una misa en su honor. No fue posible hacerla en el mismo lugar que el convivio, pero conseguimos la capilla de San Felipe. Está de pasadita antes de llegar. Viniendo de Vasconcelos, bajando por Santa Bárbara, pasando la Iglesia San Francisco, el segundo portón del lado izquierdo. Hay que hacer un esfuerzo para estar puntuales y comenzar la misa a las 7:00. Nos vemos mañana.”
Después de algunos correos de compañeros preparándose para la borrachera, Oli y el Abuelo preguntando por las bebidas, insisto yo: “No se les olvide hoy a las 7:00 pm misa en honor de nuestro Hermano Salvador Pérez en la capilla de San Felipe. Viniendo de Vasconcelos, bajando por Santa Bárbara, pasando la Iglesia San Francisco, el segundo portón del lado izquierdo. Pasando el portón esta luego, luego a mano izquierda. Ahí se estacionan. Hay que hacer un esfuerzo para estar puntuales y comenzar la misa a las 7:00”
“Padre, buenas tardes.” “Buenas tardes, David. Listo.” “¿Quiere que pase por usted, no se le ofrece nada?” “Nada, nos vemos ahí antes de las 7:00”
“¿Cómo vas con la misa?” “Bien, Jorge, y tu con la cena.” “Muy bien, ya tengo todo, la Tonina, va a llevar los discos, mi esposa esta haciendo las salsas, van a estar buenísimas.” “Cuenta conmigo para la preparada ¿Llegas a la misa?” “No te mortifiques por la cena, ahí te voy diciendo. Recojo las cosas y te caigo en la misa.”
Llego a las 6:40, seremos el padre y yo. Me abren el portón y ya estaba el Chore ahí, detrás de mi van llegando uno por uno, cuento a 15 y ahora mi preocupación se centra en que no conozco al padre y el padre no conoció al hermano Pérez.
Vamos entrando, la capillita esta padrísima, la más acogedora que conozco. Me presento con el padre, lo tuteo por nervio y porque se ve más chico. “Platícame del Hermano.” “El Hermano Salvador Pérez ha estado con nuestra generación desde primero de primaria. Cuando se quemó la iglesia, las amenazas de bomba. En sexto, nos tocó instalar el circuito cerrado de televisión, desde donde nos daba la reflexión y los avisos, nuestro compañero Pedro era el camarógrafo. Siempre nos ha trasmitido paz. Ya graduados nos ha estado acompañando en nuestras reuniones, en las últimas a través de videos.” “Ya me acorde de él, yo fui alumno del regiomontano en 5º y 6º de primaria y mis papás me cambiaron al Irlandés, yo no me quería ir, pero viéndolo bien si me hubiera quedado en el regio, probablemente no hubiera sido sacerdote.” “Probablemente no, padre.” Al empezar la misa ya éramos 29 compañeros prestos a la cita con nuestro hermano mayor.
“Es un honor estar aquí para ofrecer esta misa por el hermano Pedro.” “Salvador, hermano Salvador Pérez.” Le corregimos. Más adelante pregunta por un lector, yo intento pero sin lentes no veo la lectura, la Bolita se para, también sin lentes y batallando, con el brazo estirado, se la avienta ¿Cuándo se acaba esto? Sigue el evangelio, que habla de la siembra y los frutos. Al empezar la homilía hace una pausa. Yo sigo con el nervio desde que colgué el teléfono a Pedro, hace más de una semana que abrí mi bocota. Larga la pausa, respira y se arranca. “Esta misa no es para pedir por el hermano Salvador, esta misa es un testimonio de lo que dice el evangelio de hoy. Cada actividad del hermano con ustedes, esa reflexión que hacia al final del día que parece que no llegaba a nada, aquí esta cosechada, el que estén ustedes aquí ahora, es la cosecha de lo que él sembró en vida.” En el ofertorio nos pregunta “¿En el Regio no les enseñaron a ser monaguillos?” Me levanto yo pero ayudo poco. Nos damos todos los presentes la paz, yo ya con paz, de la que se comparte como hermanos; Tonina, Pato, Jorge, Rubén, Arzuaga, Pablo, Águila, Kabubi, Caco, Luis, Carlos, Eugenio, Zapo, Chilindrina, Lupe, Mundo, Juan, Chore, Murra, Pedro, Siller, Camacho, Lalo. Comulgamos, nos bendice y platicamos a la salida. El padre se dice más agradecido que nosotros, por nuestro testimonio. Nos despedimos como amigos de toda la vida. Seguro lo veré seguido, esto de organizar misas si se me da. Que me viera el padre Paco.
Nos fuimos al futbol donde me dedique a correr y soltar la tensión, disfrutamos las atajadas de Juanito, nos fuimos lesionando uno por uno; Mundo, Carlos, Mache, Pablo, Águila. Se me olvidó ayudarle a Jorge con el guiso, Aguilera me relevó. Ya en el convivio platiqué con varios asistentes a la misa, “Que bárbaro me puse chinito con el sermón y chinito ahora al acordarme.” “Felicidades por la misa, que increíble.” “Sigue siendo un honor haber conocido al hermano Pérez.” “El hermano Pérez siempre nos ha dejado tarea, y hoy nos vuelve a dejar.” “Estoy seguro que esto va a ser algo más grande.” “Te acuerdas de las dinámicas que nos ponía. Nos hacía cerrar los ojos, nos llevaba con el pensamiento, solo escuchando su voz. Las yogas y meditaciones que están de moda ahora, él nos las ponía hace 40 años.” “Y nosotros, doscientos güercos de 10 años, calmaditos le hacíamos caso.” “Traigo un dibujo que hizo el hermano, cuando se quemó la Iglesia de La Salle. Llegue tarde a la misa, por que le fui a sacar copias para repartírselas. Te acuerdas que estábamos todos asustados por el accidente y él nos dio un mensaje que no nos preocupáramos, que vamos a levantar la Iglesia nuevamente y mejor, en un pedazo de metal y con pintura que encontró en los escombros hizo un dibujo que nos regalo a todos, yo conservo el original.”
El convivio se alargó entre rizas, la cobranza del Chore, los tacos riquísimos, yendo por una cheve me encuentro a Arturo y Miky llorando de lo enchilados. De entre los recuerdos: el Pollo; “Nos tocó llevar la antorcha en unas regiolimpiadas, nos bajábamos de una combi, por todo constitución, hasta llegar al estadio del Tec, ahí otro bato agarró la antorcha y se metió a recibir los aplausos del público, ahí nos dejaron afuera a nosotros.” “Ya me acorde, yo iba, Mundo también.” El Kabubi; “Te acuerdas que nos daban permiso de salirnos de clase para conseguir regalos para la tómbola de la kermes, y con tal de perrearnos clases nos fuimos a la tienda de tú papá, la Papaya, tú y yo. Dijiste que estaba en Madero, pero no que estaba casi llegando a Zuazua.”
“Chave, buenas noches.” “No viste a Maty en todo el día. ¿Cómo te fue con la misa?” “Increíble, mañana te platico, mañana también festejamos a Maty.” “Que padre, buenas noches.”
Hermano Salvador, seguimos con la tarea.