«El artista, cuanto más consiente es de su <don>, tanto más se siente movido a mirar hacia sí mismo y hacia toda la creación»José María Velazco nació en Temascalcingo, México, en 1840. Al morir su padre, un tejedor de rebosos, se traslada la familia a la cuidad de México. Desde muy joven mostró talento para la pintura, a los quince años entra a las clases nocturnas en la academia de San Carlos. Debió de haber estado trabajando de día para ayudar con el sustento de la familia y con sólo dieciocho años obtuvo una plaza de profesor de perspectiva en la Academia de San Carlos, donde había ingresado poco antes.
«La belleza es aquello capas de producir un sentimiento estético. El arte es un saber como hacer».
Se sintió atraído por la botánica, y fruto de esta afición fue la publicación del libro La flora en el valle de México. A punta de premios, becas y reconocimiento de sus maestros se va haciendo un lugar como pintor en México y en el extranjero.
«El artista es el hacedor de lo bello».
Trabajó como dibujante en el Museo Nacional, y hacia 1882 entró en contacto con la fotografía, por la que se apasionó. Estuvo en relación con el impresionismo francés, movimiento que ejerció gran influencia sobre su trabajo. Sus cuadros, en su mayor parte paisajes, destacan por un marcado acento romántico que busca exaltar la naturaleza.
«José María Velazco, siempre puso a su familia en primer plano, llevando una vida ordenada».
Entre sus telas más conocidas están Valle de México, Templo de San Bernardo, Luces sobre el lago y El puente de Metlac. En 1889 obtuvo la Medalla de la Exposición Universal de París.
Nota
Las anotaciones entre comillas y en cursivas, son textos del libro Senderos de Verdad, de la sociedad mexicana de ciencias, artes y fe.