El cumpleaños es también una buena excusa. Hay a quienes vemos una vez al año por el amigo en común que se festeja cumplidamente en su onomástico.
Y no te creas que en las reuniones nos ponemos a ver pendientes o futuros proyectos. Primero es la madreada, de frente, directa, para que se ría al que le cayó la carrilla también. Nuestra generación venía vacunada contra “el Buling”. Cuando nos toca hay que aguantar.
No falta el que empieza a dejar de ir, el día a día se hace pesado. Hay que estarlo arreando para que se acuerde que el cansancio y el estrés también se quitan con una buena reunión de amigos. A veces he sido yo el arriado y a veces el arreador.