Soy un escritor regiomontano con gusto por la historia regional, orgullosamente #SoyNorestense

Dr. Rafael Gutierrez Martínez

Se nos adelantó mi doctor y padrino Rafael. Padrino de iglesia de nuestra boda. Así nos trató en nuestro largo noviazgo para que los consideráramos a Adriana y a él.

¿De dónde sacaba tanta chispa? Con su seguridad para decir las cosas. No era fácil entenderlo porque no se detenía a ver si se estaba llevando de encuentro a alguien, al menos esa impresión daba.

Desde mis primeros días de noviazgo entendí que la salud de todos los Avileses, pasaba, primero por la opinión de Rafa. Pety, Diana, doña Rosa, que todo le preguntaba, Maribel y mis cuñados, si no pregúntenle a Federico y a Enrique. Con mi suegro era  al revés, como casi no se enferma, el Dr. llegaba a consultarlo a él. Siempre consideraba a su tío Ramón.

Yo me quedo con todas sus ocurrencias. Platicando de como trataba a los practicantes del Hospital Muguerza, a quienes citaba a las 5:00 am. De sus idas a San Buena con sus queridos suegros. De sus tres hijas a quienes vimos crecer, después con sus novios, tan buenos muchachos, ahora esposos, ¡Ha que lata les daba! No sé cuando sacó que podíamos cantar e insistía en que hiciéramos un dueto para echarnos la del Buky, ahí lo veo en las bodas, arriba con el grupo, haciendo gestos con: «Si no te hubieras ido sería tan feliz». En las comidas doña Caya, su mamá, quería cantar, Rafa se arrancaba con: «Este era un oso carpintero que vivía muy pobre, pumpa pumpa pumpa pumpa». Nunca la terminábamos. Con su hermana Laura cantaba la de: «Un jabalí, salta y brinca por ahí». Cuando creíamos que ya habíamos pasado todo, una comida nos llegó con un CD que había que poner: los Texas Tornados. Ahí nos tenía a todos cantando «Una más cerveza, por favor, señoriiiiiiiita».

Hace un par de años le festejamos sus 60 aniversario, andaba sin tomar y fumar, cumpliéndole una promesa a Adriana, pero igual de ocurrente con todos sus invitados. Imposible que pasar desapercibido. Ahora espero que dejes cantar a Caya y acompañes a tu papá a ver el futbol con los ángeles, mientras ves a quien curas o madreas allá en el cielo. No tengo prisa, pero un día te alcanzo para aventamos a dueto: «La gente pasa y pasa siempre tan igual».

Para Adriana, Ale, Nanis y Beby, familia extendida de los Avileses, como yo.

 

 

 

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